viernes, 17 de junio de 2011

NACER ESPIRITUAL

Cada vez que amanece,
una suave luz acaricia
las bellas formas
de las montañas de la sierra...
Y va dibujando de uno en uno,
pequeños tallitos de amor...
Que crecerán y darán al hombre
un motivo más
para sonreírle a la vida...


Escuché la blanca risa
de la lluvia
que gota a gota
se burlaba del sol...


Me choca el tener que aventurarme
al Cáucaso
de tu lejanía...


Tras la cándida y pálida presencia
de la realidad,
habitan las irrealizables acciones
que conviven
en el pensamiento humano,
formando parte de un claro espejismo más
del país de los deseos...


Sencillamente pretendo desentrañar
todos los viejos recuerdos
que habitan en la morada
del tiempo.
Un tiempo que sin quererlo
ni dudarlo,
ha contribuido al devenir de la Historia.
Universal e inteligible,
particular y material,
dando por sentado
Todo aquello que hace
del mundo,
un niño asustado
pero feliz
de verse reflejado
en la Sabiduría de Dios...



Se han roto mis pequeños sueños
frágiles como cristalitos
de la esperanza escapada...


Quiero volver a sentir
esa tierna emoción
que ahora guardo
como recuerdo de infancia
poseída en esencia
y no en presencia...



La poesía es música del alma hecha palabra



AMANÉCETE (a mi amigo Javier Hernández)

Más que soñarte,
vivirte (...)
Escucha el latir de tu ilusión...
Siéntete amanecer,
gaviota libre...
Vuela tu sueño,
tu esperanza...
Lucha por el sonido...
Por tu sonido y...
Tu angelical música interior...
Muéstrate camino sembrado,
lirio de mar,
estrella infinita,
cisne místico...
Azul...
Azul alegría...
Río, sentimiento vivo...
Paz eterna.
¡Amanécete! ¡Sí!
¡Eternamente! (...)

MI QUERIDO HERMANO CELESTIAL (A mi hermano Manuel Ángel)

Jamás mis ojos te llegaron a ver...
Fuiste aquel hermano mayor
que un día voló
hacia la inmensidad del cielo azul...
Que llegó a presencia de Dios,
envuelta aún tu alma
en pañales blancos.
¡Qué pronto partiste tu vuelo
hacia la Eterna Verdad!
No pudiste siquiera
saber pronunciar       
un “te quiero”.
Pero finalmente esbozaste
una pequeña y bella sonrisa de ángel
dejando escrito en el silencio,
un “no adiós”
Y un “hasta luego”.
Porque algún día
mis ojos te verán por primera vez
y sabrán reconocerte
entre mil almas celestiales...
Mi pequeño y grande hermano:
¡Cuántas veces he deseado
que hoy vivieras aquí,
junto a mí!
¡Cómo te admiraría
cuando me dieses tu consejo!
Quiero mimarte y amarte para siempre
entre nubes rosas de algodón.
Aunque estés tan lejos de mí,
te siento cerca de mi corazón,
latiendo en mi espíritu.
Porque sé que tú estarás reflejado eternamente
en la Faz de Dios...
Y cada estrella que yo vea,
será un beso que tú me darás
en el alma...
¡Mi querido hermano Celestial!



Salí en busca de emociones
pero me encontré
con un cielo desierto
sin estrellas que acunasen
un tumulto de ilusiones inexistentes...


No salgas de mí,
música celestial
y casi enamorada...
¡Que no se vuelva
a repetir la historia!




¡Qué bella madurez
del docto amor
que he hallado!...



Quisiera que tus negros lagos
se fundieran
en mis claras mañanas
de madreselvas
de la juventud...
Que formasen un cúmulo
de esperanzas
que arrojasen vida
por tus eternos balcones
de los amaneceres del amor...
Y que tu música espiritual
abriese el libro de mi alma,
aventurando cada día
una página más de este sueño...


¡Cántame el alma!
Haz que toda mi música interior
vibre en estos momentos...
Hagamos que todo nuestro mundo
sea una gran sinfonía
de sentimientos...


Eres infinito verso
de mi vida...
Naciente poema de la alegría...


Esa fuerza que brilla
en tu mar interior...
Azul y místico...
Es la eterna ola
de tu existencia...











Tarde o temprano
tendrás que rendirte
ante el influjo
de tus noches eternas..., plateadas...
Infinitas... cósmicas
y querrás saber
el por qué
de tanta belleza
“casi Divina”...


Acaricio tu nombre
de montaña
que surge
en el horizonte de tu ser...



Mirando este bello crepúsculo primaveral
siento que la vida
me guiña un ojo
y me dice:
¡Es mentira!
¡No te lo creas todo!


En este instante
de leve ternura,
de grandes recuerdos
que se dibujan lentamente
en el cuaderno
de mi melancolía,
la paz interior
que pretende fundirse
entre mis sentimientos
gota a gota
hasta cubrir el inmenso espejo
de mi faz,
me parece una pequeña fierecilla
que se apodera poco a poco
de mi pensamiento (...)


Cada breve instante
que resplandece
en el contorno de tu aura mística
se trocará en el fuego interminable
de tu experiencia existencial...

El rúbeo color de tus labios
se asemeja a una rosa
que por siempre se abrirá
al contacto
de la suave luz
del alba blanca...


Estos agradables y fructíferos momentos
que alimentan mis ansias sapientales,
convivirán por siempre
en el mundanal castillo
de la sabiduría deseada...


Desde que tengo
estos claros sentimientos azules
en mi interior,
ya no resultan gratas
las eternas esperas
de la vida...


Quiero volver a saber
de tu extraña fragancia
que ha conquistado gloriosamente
mis anhelos...
Quiero volver a vivir
aquellos tiernos momentos
que me enfrentaron
con la risueña felicidad
de tus claros días...


" Cuando crezcas descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan"
Paulo Coelho




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